sábado, 3 de noviembre de 2018

Negrura (relato corto)

Negrura

Relato corto sobre la muerte...
Mirala, tan tierna como siempre, con una sonrisa que cautivaría a quien la mirase y que tan solo con ver la blancura y brillantez de esos lindos dientes conquistaría hasta el hombre mas casto de la Tierra.
Una mirada cautivadora. Pupilas color negro que recuerdan a la negrura del infinito y sobre todo… Su cabello, negro igualmente un color que te recuerda al sufrimiento, a la desgracia, al pánico, al terror y a todos los horrores que pasa un condenado a muerte.
Solo mirala, se ha levantado de la silla donde está y se dirige hacia ti. Sus pasos son lentos y concisos escuchas el crujir del piso de madera bajos sus negros zapatos y… La esperas.
A medida que avanza imágenes sugestivas se apoderan de tus pensamientos, empiezas a sentir como se acerca cada vez más y ello te produce una profunda satisfacción. Solo mirala.
Un golpeteo llama a tú puerta pero no lo escuchas. Solo escuchas sus pisadas, solo la miras a ella, solo escuchas su dulce voz que te dice:
–Solo mirame.
Los segundos pasan lentamente, el ambiente empieza a sentirse más pesado. Sus pupilas brillan a pesar de su negrura, sin embargo algo ha cambiado en ella.
La notas diferente, algo cambia; algo no cuadra pero… Te sigue pareciendo bonita ya que sus facciones son perfectas y nada eliminaría esas hermosas sensaciones. Solo mirala.
Metido en el trance por la belleza te percatas de lo que ha cambiado en ella y… el horror se apodera de ti.
Sus ojos son completamente negros.
Su cabello, negro igualmente un color que te recuerda al sufrimiento, a la desgracia, al pánico, al terror y a todos los horrores que pasarás antes de tu muerte.
Sombras se atrincheran en las paredes y emiten sonidos grotescos, la mayoría son gritos de auxilio que se debilitan a medida que ella avanza.
¿Cuánto tiempo ha pasado? Ya no importa; solo importa ella.
Y el tiempo se acabó. Está de pie frente a ti, puedes sentir el frio que sale de su boca y sobre todo miras sus curvilíneas manos que acaban en garras limpias y brillantes.
Solo, no la mires.
Sonidos guturales emanan de sus boca y te dicen:
Mirame, no te haré ningún daño. Solo quiero un pequeño regalo.
La chica lanza una risa ligera, casi infantil. Con voz temblorosa preguntas
¿Qué clase de regalo?
El silencio reina en ese lugar, la chica respira lentamente mientras que tu corazón late estrepitosamente.
Las sombras de alrededor ahora emiten una especie de fulgor rojizo y sus lamentos llevan un aire de muerte.
La chica entonces te toma por el cuello y te lanza contra la pared, mientras que vuelve a reírse pero… La risa se torna cada vez más seca, más inhumana, más resonante, más incontrolable.
Tirado en el piso, intentas huir de ella pero algo te lo impide. Ni siquiera puedes arrastrarte por el suelo.
Las luces se apagan…
Una oscuridad reina sobre todo el lugar pero, tampoco escuchas sus pasos. Solamente sientes una ligera brisa que se acerca por encima tuyo y mientras tu corazón se acelera y tu respiración se entrecorta
Logras sentir unas garras que tocan tus pestañas.

- El Señor Escritor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario